Los entrenos de Mapoma incluían tres Medias Maratones: Fuencarral, Coslada y la Universitaria, pero en la última solamente dos vueltas porque es una semana después de Coslada y están demasiado juntas y no da tiempo a recuperarse. Pero yo, soy yo y mis ilusiones, bajé convencido de que puedo aguantarla sin problemas y que sería capaz de dar las tres vueltas ..... craso error.
Nos juntamos en el gimnasio, bajamos Oscar, Carlitos, Javy, Salva, Luis, Cesar, Almira y yo y nos encontramos allí con Carlitos y "sus chicas". Recogida de dorsales, chips, imperdibles, que siempre me viene a la mente el artículo de Juanito en la revista Runners que venía a decir que en el siglo 21 es un atraso seguir colocándose el dorsal con imperdibles, que verdad más grande,q ue alguien invente algo práctico y sencillo.
Calentamos y veo por allí a David, mi compañero del trabajo, novato en esto de las carreras populares, pero con un físico que dará alguna sorpresa a los que llevamos años corriendo y dejamos claro que no tenemos madera de corredor, que lo poquito que conseguimos es a base de mucho esfuerzo, de mucho entrenamiento y de alguna que otra lesión.
Bueno, que salimos con mucha alegría, han modificado el recorrido para evitar la subida al Faro de Moncloa, de modo que han alargado un par de calles, que "pican" hacia arriba pero no son tan crueles como el tramo que ha suprimido. La primera vuelta me resulta agradable y llevo un ritmo alegre, aunque no parece mi mejor día.
Tengo que reconocer que el sábado llegué a casa tarde y con unas cuantas cervezas de sobra. Que se hizo más tarde todavía cenado, que al irme a dormir adelanté la hora y el reloj se puso en las 2 de la mañana y encima algún vecino tuvo fiesta salvaje, con gemidos, gritos y tres, sí tres, lo juro, tres como un campeón, vamos que no me dejó dormir la criatura hasta las cinco de la mañana y a las 7:30 sonó el despertador ¿esto influye en el rendimiento deportivo?
Pues pasó lo que tenía que pasar, que no estaba recuperado del todo de la Media de Coslada, no había descansado adecuadamente y empecé a sufrir en la segunda vuelta, como un "perrete", cada cuestecilla parecía el Everest, cada bajada puro vértigo y cuando te ves jodido y cerca de la meta, pasa lo que nos pasó a Salva y a mí, que es mas poderoso el cansancio que nuestra mente y nos metimos a meta en la segunda vuelta, lo que equivale, al menos en mic aso, al abandono mas miserable.
Cabreado y un buen tiempo si hubiera podido continuar a este ritmo, porque hice las dos vueltas en 1:07:37, siempre según mi crono. Una lástima.
Ahora la Semana Santa, un desparramo de cuerpo y entrenamientos, comer demasiado, cervezas y poco entrenamiento. Como lo veo un poco escaso, ayer quedé con Luis, mi compañero de trabajo en el parque Juan Carlos primero para hacer una tirada larga de un par de horas, que no llegó, que se quedó en hora cincuenta, con posterior desayuno y consiguiente dolor intenso de rodilla derecha, pro la tarde y dia siguiente completo. Las mejores sensaciones para un maratón, manda güebos.
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