No me apunté porque no estoy fino, pero Salva tenía la inscripción y decidió pasar la Semana Santa con su familia en la playa y correr a la orilla del mar y me pasó su dorsal, precioso por cierto, el 1500.
Recuerdo una carrera bastante dura el año pasado, con unas cuestas cabronas y la subida al Faro de Moncloa que te dejaba seco. El recorrido tiene 7 kilómetros y le dábamos 3 vueltas, en esta carrera cabe la posibilidad de dar una, dos o tres vueltas y clasificarte en cualquiera de las tres distancias, pero íbamos todos convencidos de hacer los 21 kilómetros, entrenamiento para el Mapoma.
Allá fuimos Corsario, Carlos, Oscar, Gabriel, Lorenzo y yo. A las 9:30 de la mañana costaba quitarse el polar y quedarse en manga corta, hacía bastante frío, al sol se soportaba pero en la sombra te congelabas. Nos quitamos los polares, calentamos un ratillo y a correr, el mismo recorrido que el año pasado, supuestamente mal medido y no llegan a ser los 21 kilómetros, sino unos 500-600 metros menos, así nos salen las marcas que nos salen. Coincidí antes de la salida con un grupo del Club Oasis Tres Cantos (qué gusto da verles a todos vestidos igualitos, con su chandal rojo y el nombre del club) y una de sus corredoras llevaba un gps Forerunner como el que utiliza Jose,
(el bloguero de Nunca hacia atrás) y nos podrá confirmar si la distancia es correcta o como todos sospechamos, nos hemos zampado 600 metros.
La mañana fue mejorando y acabó haciendo un calor sofocante, tiempazos de todos los participantes, el corsario batió su marca personal con 1:22 y bajó del puesto 100 de la clasificación, una maquinaza y el resto nos portamos pero aunque no le guste a Lorenzo, insisto, hicimos distancia de menos y por eso nos sale un tiempazo:

Nuestros keniatas nos abandonaron y corrieron la Media Maratón de Fuenlabrada y tampoco lo hicieron mal: