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miércoles, 17 de junio de 2009

El fin de semana pasado

Vuelvo a la actividad "activa", me vuelve a apetecer correr aunque me sigue doliendo el tobillo izquierdo y en los entrenamientos voy penosito, hace mucho calor y mi cuerpo está aletargado, me cuesta correr pero quiero correr, ni yo mismo me entiendo.

El sábado comienzan los 100 kilómetros en 24 horas y me he planteado acompañar a Salva algún kilómetro, le llamo después de comer y me dice que le quedan unos 8 ó 10 kilómetros para llegar a Tres Cantos, me pongo atuendo deportivo y salgo a su encuentro, voy al Hotel Foxa y bajo trotando hasta el arroyo, sigo subiendo pegado a la tapia de El Pardo y voy contando desde el primer participante porque Salva me dijo que iba el 12 ó 15 aprox. Voy contando y animando a los que me voy cruzando y cuando llevaba 5 animados .... me encuentro a Salva, el sexto, es mi héroe. Vá caminando y quejándose de que intenta correr y no puede, que le cuesta mucho y se agota rápido, no me extraña, hay 42 grados al sol, criatura.

Al rato nos alcanza trotando otro superman, Juan Carlos, un conocido de Fernando "el Laister", continuamos los tres caminando y charlando para distraerles. Y así, poquito a poco, llegamos al avituallamiento. Conocen a Salva "de toda la vida" de las ediciones anteriores de los 100 en 24 y de los 100 de asfalto de Vallekas. Saludos y recargas de agua y emprendemos la subida del "cuestoncio" del Hotel Foxa, que esa cuesta duele. A mí que llevo una hora caminando me parece dura ¿qué pensarán ellos que llevan horas caminando y 49 kilómetros encima con un calor de justicia?

Coronamos la p... cuesta y al llegar al paso elevado sobre la carretera de Colmenar proponen bajar trotando hasta el polideportivo, trotando... pero si nos sabéis lo que es trotar ... que me llevaron a 4 min/km los muy bestias, que estaba deseando llegar y dejar de correr, que llegué sin aliento.

Salva se duchó y llevaba una ampolla que no pudo pincharse por falta de utensilios y colocó una Compeed pero sobre la ampolla no sirve de nada. Se marchó camino de Sanse, comiéndose un bocata y una cerveza, lo juro. Después he sabido que terminó muy dolorido de las ampollas, con las piernas nuevas pero los últimos 11 kilómetros le costaron muchísimo, tardó casi 3 horas en hacerlos, del dolor de ampollas, porque las piernas las llevaba nuevas. Con todo y eso, terminó los 100 kilómetros en unas 16 horas, ¿qué os parece?


ENHORABUENA SALVA y ahora a por el Maratón del Sáhara, que esto se te queda pequeño.

El domingo, me lo propuso mi compañero del trabajo, Diego y accedí a correrla, porque fue mi barrio de la infancia y por correr con Diego que mantiene una ilusión desmedida con lo de correr, ha comenzado hace poco tiempo y tiene esa motivación que acaba desapareciendo con el tiempo. O al menos, eso me ha pasado a mí. Prometí no volver a correrla hace 4 años que participé, sufrí mucho y me pareció muy dura, hay que subir General Ricardos, todo subida.

Me consiguió un dorsal y quedé con él y con su amigo "el taxista" que había vivido en Carabanchel y ahora es vecino suyo. Quedamos a las 8:30 en Plaza Elíptica, lo que supuso despertarme a las 7:15, un domingo, amor a las carreras. Aparece Diego con su vecino, que asegura conocerme y que efectivamente, ha sido mi vecino, de mi calle, unos números mas arriba, Miguel. Con el tiempo, todo cambia y tanto él como yo, nos hemos transformado en ..... adultos, por no ponernos otros calificativos.

Arrancamos con alegría, que se agota cuando llegamos a General Ricardos, me sorprende Diego que aprieta en mitad de la subida y comenzamos a adelantar gente, inaudito. Eso sí, termina la primera cuesta y veo que llaneando no mejora su ritmo, que le cuesta acelerar, otra subida y lo mismo, bajadas y no cambia de ritmo, es curioso, al parecer solo entrenan subidas y eso se refleja en la carrera. Ahí estamos:



Miguel ya avisó que tardaría algo más que nosotros y lo cumplió. Malo, malo, la celebración, el después, el reencuentro con los amigos de la infancia, el barrio, las cañas, más cañas, barros, mas cañas, .... madre mía, que pasé a ver a mi madre al mediodia y la veía doble o triple, vaya mierdón que agarré a cañas, o no vuelvo a correr o nada más terminar me tomo un Aquarius y para casa.

Y Miguel entrando en meta:


domingo, 25 de mayo de 2008

Una "tirada larga"


Me propuso Salva -nuestro ultrafondista- hacer un par de tiradas largas para preparar los 100 kilómetros de Corricolari, una este fin de semana, el siguiente la carrera de Liberty y el siguiente fin de semana otra tirada larga.

Salimos el sábado a las 9 de la mañana, dirección Soto de Viñuelas para bordear tooooooooooda la tapia del Castillo de Viñuelas, aparecer por San Sebastián de los Reyes a la altura del polideportivo de la Dehesa Boyal, bordearla y volver a Tres Cantos, dicho así parece una barbaridad ..... y lo es.

Hace un par de años lo hice en bici de montaña con Antonio (el largo) y ya me costó un huevo terminarlo. Y esta vez hicimos lo mismo pero sin ruedas, solo con piernas.

Sales con ilusión, con chubasquero que no nos hizo falta porque hice un día espléndido para correr, unos geles de glucosa y con idea de caminar rápido y trotar. El camino tenía bastante barro y en algunos tramos parecía patinaje artístico aunque no lo fuera, yo calzaba unas NewBalance de trail que agarran bien, pero agarran todo el barro posible en sus gruesas ranuras y no lo sueltan las muy ..... y pesaban 5 kilos cada zapatilla pero no fui al suelo. Salva llevaba sus Asics Gel Cumulus que resbalaban bastante mas, pero como Salva pesa poco y levita sobre el suelo, no tuvo problema y no se hundía en el barrizal.

Repostaje en el polideportivo de la Dehesa, un gel, mucha agua, estiramientos y para casa, que como decía Salva: "la tenemos enfrente" a medio millón de kilómetros pero justo enfrente. La gente nos miraba raro, nuestras caras debían decir que llevábamos un porrón de kilómetros y las zapatillas cubiertas de barro eran un espectáculo.

Subidas, bajadas, trotes, caminatas y aparecimos en el Cementerio La Paz de Tres Cantos y atajamos para que Salva llegase a comer pronto con la familia, a las 13:30 entraba en el gimnasio a estirar. La tarde la pasas curiosa, me dolían hasta las uñas pero sin quejarme porque ya sabes la respuesta: "lo haces porque quieres, ahora te j....". Terminas jodido pero contento por aguantar burradas como estas.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Hoy ha tocado senderismo


Para variar y despejarme un poco de tanta carrerita, nos apuntamos, hace semanas, Bego y yo a una Marcha senderista organizada por Geomadrid y Aire Libre. Son 21 kilómetros por el interior del monte de El Pardo, salida a las 10 desde la estación de tren de Pitis, sí la que está al lado del supermercado de la droga.

Bego ha encontrado mil cosas mejores que hacer para el día de hoy, que madrugar y ponerse a caminar sin motivo aparente, por lo que me he visto solo, a las 10 de la mañana, rodeado de unas 70 u 80 personas de todas las edades, tamaños, colores y estilos, bordeando la tapia interior del Pardo.

El día ha sido expléndido, al comenzar hacía mucho frío pero a medida que avanzaba el dia, el sol calentaba y terminamos en manga corta. El recorrido tiene sus "toboganes" entre los pinares y las encinas, jaras que huelen a gloria y un paisaje del que no disfrutamos y que lo tenemos a pocos kilómetros de Tres Cantos. El recorrido era circular, el avituallamiento lo hicimos en Mingorrubio, una zona de casitas cercanas al pueblo de El Pardo; barritas energéticas, aguas y zumos y continuamos la marcha bordeando el río Manzanares, hasta llegar al parking del complejo deportivo Somontes, cruzar la carretera y tomar cuesta arriba hasta topar con la valla de nuevo. Esta última zona es preciosa, encina y jara y una vista desde lo alto .... impresionante, había algo de bruma pero se veía la sierra, Casa de Campo y .... alucinante.

La gente que acude a estos eventos suele ser bastante maja y al final me he acoplado con otros cinco caminantes que llevaban un trote ligero, ligerísimo, tanto que hemos llegado los primeros al final del recorrido. Dos chavales, dos chavalas y "el hombre bala" que camina a toda leche. Ellos son expertos caminantes, que conocían bien la zona y que están habituados a darse palizas más fuertes que esta, ya veremos como amanece mañana mi cuerpo, porque hay músculos que desconocía que los tenía hasta hoy, es distinto correr y caminar.

En Enero han dicho que hacen la siguiente, estaré atento y me apunto de nuevo.