domingo, 10 de junio de 2007

Y no pudo ser, no pude terminarla


No sé como contar esto, si como un triunfo o como un auténtico fracaso porque tiene parte ambas cosas.

Un triunfo de lo lógico y razonable, tuve que abandonar en el kilómetro 52 porque mi cuerpo se estropeó, mi rodilla izquierda dejó de funcionar por mil motivos: por falta de entrenamiento en terrenos pedregosos, con grietas y unos toboganes de espanto, por la mala elección de las zapatillas ya que utilizé las que mejores resultado me han dado en las medias maratones, pero han sido demasiado blandas y han permitido que el terreno me destroze las plantas de los pies. Por una bajada de vértigo que hicimos a todo trapo, sin freno de mano al llegar a Manzanares el Real, tan empinada que no podías retener tu cuerpo y tenías que dejarte caer y el suelo tenía grietas, saltos y piedras, creo que ahí me jo....robé la rodilla.

También quiero creer que fué un triunfo conseguir hacer 52 kilómetros de un terreno que nunca antes había pisado, yo soy de camino lisito y asfalto y ayer me planté en cminos de cabras tipo raid y no estoy preparado para eso. Me confesaba Salva en las muchas horas que compartí con él, que cuida sus pies remojándolos habitualmente en agua con sal, que corre por estos mismos caminos habitualmente y que hace tiradas largas por estos caminos para fortalecer sus articulaciones y habituarse a pisar mal, subidas arenosas y bajadas con 35 grados de inclinación, auténticas rompepiernas.

Y también fue un fracaso estrepitoso, quería seguir corriendo en las bajadas y me dolía cada vez más la rodilla, el ligamento cruzado anterior no me dejaba seguir, podía caminar con bastante dolor, las subidas no dolían nada pero las bajadas eran un infierno, dolor del bueno. Llegué al Polideportivo de Colmenar Viejo con dolores soportables, se nos había unido Ismael, un chaval de Esquivias (Toledo) que corría su 5ª prueba de 100 kilómetros en 24 horas y este año haría su 22º Marathón. Me distraje escuchándole y llegué al polideportivo sin pensar en la rodilla.

Descansamos 25 minutos en Colmenar, kilómetro 35 del recorrido, dos sandwich que me llevó Bego, los pies metidos en el lavabo, cambio de calcetines, más vaselina, cambio de camiseta y arreando. Pero mi dolor iba a peor y cada vez que intentaba trotar se me descomponía el cuerpo, las bajadas eran un infierno y veía que iba a retrasar a Salva. Bego, mi mujer venía con nosotros, quería hacer (y los hizo) los 18 kilómetros que separan Colmenar de Tres Cantos y viendo que no podía ir con Salva, le dije que continuase él y nos despedimos con un abrazo y alguna lagrimilla que se me escapó, fué lo peor, sentir que dejas a tu compañero y darte cuenta de que no vas a terminar, que tu ilusión se vá a la mierda y aquello que pensabas conseguir, se aleja con Salva. Me dijo: te dejo porque está Bego, que sino .... y se fué. Sería el kilómetro 42 y desde ahí, bajamos el ritmo, las bajadas me dolían una barbaridad, pero llegamos a Tres Cantos y "fin de trayecto" a las 8 de la tarde en casa, dolido, cabreado y escarmentado.

Desde que empiezas a notar que el cuerpo va mal, vas pensando en mil posibilidades, causas, opciones, consecuencias, vendas, masajes, .... y reflexioné mucho, saqué conclusiones. Creo que no preparé esta prueba adecuadamente, ni tan siquiera la preparé, que soy hombre de asfalto y no de tierra, que no valoré su dureza y me confié, que tal como terminé con solo 52 kilómetros no hubiera conseguido los 100, tengo dos ampollas, una en cada pie, me duelen las ingles y por supuesto la rodilla. No sé como habrá terminado Salva, pero yo hice la mitad y me dolió. Le llamé un par de veces y la última, a las 11:30 salía ya del polideportivo de San Sebastián de los Reyes, duchado y cenado y a falta de los 25 últimos kilómetros.

Otras pruebas las terminas pensando en repetir el año próximo y hacerlo mejor, pero de momento, esta no quiero repetirla, me ha dejado un mal sabor de boca, amargo, quizá pasen dos dias y quiera volver a hacerla, pero de momento no quiero ni mencionarla. Doy las gracias a los que me llamaron en algún momento del recorrido, gracias Ismael, Mariano, Arjan, al menos ese minuto te distráen y te inyectan ánimo, os debo una.

4 comentarios:

German Alonso dijo...

Buscando información sobre la prueba del fin de semana he encontrado tu blog y permíteme decirte que eres un campeón. Todo el que es capaz de correr esa distancia merece mi más absoluto respeto.

Ya hace falta estar loco para apuntarse a esta prueba, pero la realidad supera cualquier espectativa. Es durísima, para los que la hacéis corriendo y para los que la hacemos andando. Nadie que no lo haya probado sabe realmente lo que se puede llegar a sufrir.

Pero también puedo decirte que la emoción que se siente al acabar es realmente espectacular.

Ahora es normal que no quieras repetir pero estoy seguro que dentro de dos meses no piensas igual, esto engancha.

Un abrazo, campeón.

Germán.

Anónimo dijo...

Dany, no tiene que cundir el desanimo. Aunque ahora estés un poco depre, seguro que más adelante lo valoras como merece. Creo que esta edición tienes que tomartela como de tanteo. Seguro que el año que viene mejor preparado la terminas sin problemas. Chapeau para los dos Salva y tú. Nos vemos en el Gym.
Javi.

Jose Ignacio Hita Barraza dijo...

Muchas veces la competición nos adapta a una meta y nos frustramos al no conseguirla. Pensándolo bien has llegado muy lejos, yo nunca he corrido tantos kilómetros, lo firmaba ahora mismo :)

Sin embargo es verdad que deja mal sabor de boca, yo me quedé con una sensación similar cuando anduve los últimos kilómetros del maratón, sin embargo al cabo de unos días se te quita y te entran ganas de volverlo a intentar algún día para ajustar cuentas, espero que a ti te pase lo mismo y algún día ganes la guerra.

Un abrazo y mucho ánimo!

Anónimo dijo...

¡52km!,... son 52.000 metros, más de 5 diezmiles, casi tres medias seguidas, 1.2 maratones,... Si esto no es un logro importante, yo soy Rita la Cantaora.