domingo, 14 de junio de 2009

Resúmen de los últimos meses

Vaya tela ... desde el Medio Maratón de Madrid no he vuelto a escribir ni una letra y lo que es peor, cada vez me cuesta mas dedicarle un rato a esto¡¡¡ Los que mejor me conocéis, sabéis que forma parte de mi personalidad, de mi forma de ser, que me ilusiono con cualquier cosa al principio pero me canso pronto de todo y ha sido un milagro que no haya cerrado ya este blog.

Al lío, que llevo un atraso descomunal y algo muy importante que contar en la siguiente entrada: el Camino de Santiago.

Haciendo historia: me falta el Mapoma 2009, que si bien no lo corrí este año, me ofrecí a acompañar a mi compañero de trabajo Lorenzo en los últimos kilómetros. El corsario me cedió su dorsal para poder entrar con él en meta y le acompañé desde la entrada a la Casa de Campo, la zona más despoblada del recorrido, pasado el medio maratón y cuando empiezas a sentir el cansancio. Corrí junto a Oscar y a Luis, hasta que Luis cambió de ritmo y se adelantó y Oscar se atrasó, lo que no impidió que nos pasase a toda leche 4-5 kilómetros antes de la meta. Este año el recorrido era casi tan "grave" como el año pasado, evitaron Menéndez Pelayo pero se subía por Alfonso XII que es muy empinado. Todos mis compañeros mejoraron su tiempo del año pasado y la verdad, sentí envidia sana y ganas de entrenar el año que viene para poder correrlo.

Después me propuse "entrenar" el Camino y me descargué un recorrido de bicicleteros desde Cercedilla a Segovia y allá que me fui el día de San Isidro, hasta Cercedilla en coche y caminando, siguiendo la ruta del bicicletero internauta, perdiéndome unas pocas de veces, despacito, hasta Segovia. Un aperitivo, tren a Cercedilla y con el coche a Tres Cantos. Unos 34 kilómetros, la subida a la Fuenfría, bajada por Calzada romana y luego las dehesas de Segovia, lo repetiría.

El sábado salí desde casa hacia las dehesas de Soto de Viñuelas, unas 2 horas caminando y vuelta a casa, todo esto con mochila cargada y botas de montaña que pesan u huevo cada una. No contento, el domingo salgo por tercer día consecutivo y me casco casi 4 horas de caminata y ahí se cansó mi Aquiles y volvió cabreado, se infamó y dolió lunes, martes y un poco menos el miércoles, lo que me empujó a sacar el billete y a Santiago... que sea lo que Santiago quiera, si lo cancelaba perdía la ocasión de hacerlo porque las siguientes semanas eran mas complicadas de trabajo... y allá me fui, con el tobillo a medio gas, pero feliz como una perdiz.

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