Desde que Kike (Cuprita o Geiperman) ha vuelto a entrenar con nosotros, ha insuflado energía, ganas de entrenar, de hacer un poco mas cada día, de hacer carreras los fines de semana, ... Vamos que nos ha venido al pelo su regreso.
Llevaba meses dándole largas para hacer carreras los fines de semana y ya no he podido más, tuve que acceder y acompañarle en la Tragamillas, la Media maratón de Collado Villalba. Aunque llevo más de dos años sin entrenar ni correr esa distancia, pensé correrla tranquil, en modo entrenamiento y si fuera necesario retirarme sin terminarla, lo haría.
Coincidía que la corría también mi compañero del trabajo Lorenzo, me puso un mensaje a las 9 de la mañana, que estaba diluviando y que era una locura correr allí, que no subiéramos. Nos dio igual, cogimos gorra y chubasquero y allá que fuimos. Cuando llegamos, llovía pero mucho menos y poco a poco fue dejando de llover. Pero los charcos no se secaron. No he pisado tantos charcos ni cuando era pequeño.... Madre mía que forma de chapotear por las dehesas de Villalba, las piernas llenas de barro, las zapatillas para tirarlas.
Pero mereció la pena, los 5 últimos kilómetros los sufrí, me costó mucho terminarla, el último kilómetro lo hice por orgullo pero llegué muy jodido. La terminamos en 1:46:30, Kike no se despegó de mí ni un solo minuto y la podía haber terminado con Lorenzo, tranquilamente en 1:42:00, como él. Pero Kike es el tio mas fiel que he conocido y si se compromete a ir contigo, no se te despega por nada del mundo.
Estiramos todo lo bien que pudimos, pero hoy tengo las ingles y los cuádriceps como si me hubiera pasado por encima una manada de búfalos. Pero estoy muy contento de haberla terminado y no es un mal tiempo para llevar tanto tiempo sin correr esa distancia.
