


Este sábado corrimos Ismael y yo la Kelme Eternal Running de Madrid. En el parque Juan Carlos I, eran 8 kilómetros y muchas putadas... la mejor, subir el camión de balas de paja y arrastrarnos por el barro bajo los alambres de espinos. Una vacilada de carrera pero poco intensa, le faltaban obstáculos más divertidos que en otras Eternal los utilizan (chorros a presión, psicinas, etc) no estuvo mal pero es mejorable la organización.
Un avituallamiento de vino peleón y queso que vino muy bien porque hacía un frio de pelotas.