Una inyección de moral y buen rollete. Bajamos el domingo pasado a la Carrera del Agua que organiza el Club Canal.
Otros años fue imposible correrla porque se agotan las inscripciones demasiado rápido. Este año ampliaron los participantes a 1500 y tuvimos opción de conseguir un dorsal.
Bajamos Juanjo, Javier y yo y era la primera que corríamos con Javier y la única referencia era que el año pasado hizo 50 minutos en esta misma carrera, lo que nos hizo pensar que era poco más lento que nosotros y salimos con idea de esperarle. Y una leche esperarle, era él quien tenía que ir esperándonos, en las bajadas nos sacaba metros y en las subidas le alcanzábamos con esfuerzo. Nos llevó desde el primer kilómetro a 4:40 y no nos permitió "perrear" como me gusta a mí, que me acomodo y voy relajadito. Esta vez ni relajado ni leches, a buen ritmo desde el comienzo y terminamos en 45:25, un tiempazo que no me esperaba.
Si tenemos en cuenta el GPS de Juanjo que marcó 55 kilómetros y 130 metros, sin hacer recortes, le restamos los 130 metros y nos sale el diezmil por debajo de 45, la leche.
El recorrido es muy favorable, predominan las bajadas, una subida desde el Bernabeu a Plaza de Castilla y la peor desde la Plaza de Cristo Rey hasta el polideportivo del Canal, una cuesta que pica pero que subimos a 4:40 sin despeinarnos, se notan los kilómetros acumulados con el entrenamiento del Mapoma.
El video de la entrada en meta:
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Y una frase lapidaria .... que no viene a cuento pero refleja fielmente mis sensaciones durante las 8 horas laborables de lunes a viernes:
